Ir al contenido principal

El poder de la falsa fé



Muchas de las ocasiones hemos escuchado a familiares y amigos decir que las cosas van mal, que por equis razón la situación no cambia, que el país no avanza, que el gobierno nos manipula a su antojo, que por mas que uno busca no encuentra empleo, que la única forma de progresar es tranzando o robando. Que el que se pasa de bueno nunca podrá llegar alto. En fin, podría continuar horas y horas hablando de como nos quejamos como ciudadanos, como seres humanos y cohabitantes de este país y este planeta.

Desgraciadamente, fuimos educados como mexicanos a esperar que los demás hagan las cosas por nosotros. Fuimos enseñados a desear que los gobernantes, políticos y demás altos mandos nos cambien la vida. Fuimos guiados por el camino de la falsa fé, y digo falsa no porque no crea en algo supremo que nos vigila y protege, sino la considero falsa porque esta misma fe nos ha llevado a ser personas conformistas, sin deseo de lucha y por encima de todo, nos ha enseñado que el vivir bajo la sombra no está mal si creemos que Dios estará siempre para nosotros y que todos los mandatos divinos tienen un porque y así se deben de respetar, cosa que me parece de lo más errónea.

La falsa fé nos ha arrebatado el deseo combativo, el deseo de superación, de lucha y de entrega. La falsa fé nos ha llevado a continuar día con día tomados del crucifijo y de la mano del párroco implorando al santo patrono que nos mande una bendición, un milagro, una luz de esperanza. Esa falsa fé nos ha llevado a convertirnos en personas grises, sí con mucho amor para dar, pero con poca capacidad para amarnos a nosotros mismos.

Sin importar cuantos días podamos pasar en ayuno, cuantas noches tengamos que luchar por llevar el pan a nuestras cosas, sin importar como los sueldos se estancan y las cosas se mantienen de la misma manera, sin importar que nuestro ser querido esté luchando en el hospital por sobrevivir, sin importar como nuestros niños cada vez mas jóvenes tienen que salir a pelear por un peso, sin importar que nuestros pequeños estén tirando los libros y el conocimiento para convertirse en una estadística mas en este país, sin importar que el gobierno nos mantenga con el cuchillo sobre la yugular, sin importar que los días cada vez se vean mas negros, sin importar que el ahora sea cada vez más triste, el ayer más lejano y el mañana más desalentador. Sin importar todo esto, nuestra falsa fé no decae y no flaquea.

Nos convertimos en un pueblo lleno de rencor, odio y frustración, pero sobre todo un pueblo temeroso, que se esconde bajo la frivolidad de una red social, que se esconde bajo el emotivo gol de nuestro equipo favorito, que se mofa de la desgracia ajena y señala a los demás pensando que nuestras vidas son perfectas. Nos hemos convertido en un pueblo pequeñito que sigue pretendiendo ser grande y que desgraciadamente no somos.

Somos un pueblo que se ataca a si mismo, un pueblo que se encuentra partido en pedacitos gracias a que dejamos que los de arriba nos aplasten a martillazos. Somos un pueblo lleno de miedos, frustraciones, acomplejado y sin brillo propio. Somos un pueblo que no teme porque el país se hunda, pero que implora y llora porque nuestra selección pase al mundial sin complicación alguna. Somos un pueblo sin visión, sin sueños y sin aliento.

Nos convertimos en los hijos pobres con padres millonarios.

Con esto no estoy diciendo que estemos perdidos, sino con esto estoy diciendo que estamos a tiempo de cambiar y de enmendar los errores de nuestro pasado iniciando con nosotros mismos. México no se va a sanar de la noche a la mañana, ni tampoco usando una varita mágica vamos a resolver todos los problemas de nuestros país. Pero si podemos iniciar deteniendo el sangrado.

Cada vez que miramos hacia el otro lado cuando se comete una injusticia, es ahí cuando se abre más la herida. No miremos hacia el otro lado, continuemos observando y apoyando al que está sufriendo un atropello.

Cada vez que buscamos el beneficio propio y nos olvidamos del perjuicio ajeno, es ahí cuando lastimamos a México y a nosotros mismos.

Cada vez que pasamos por encima de la ley pero nos quejamos de que nuestros políticos son nefastos, es ahí cuando nuestro país llora de dolor.

Cada vez que dejamos llorar a los demás mientras nosotros reímos, es ahí cuando nos hacemos mas pequeños.

Cada vez que escupimos al cielo y pensamos que jamás nos va a pasar nada, es ahí cuando la gota golpea mas fuerte.

Cada vez que nos sentimos grandes por hacer trampa mientras que el justo se queda con las manos vacías, es ahí cuando vaciamos nuestros corazones.

Hay tanto por cambiar y por hacer, pero eso no nos debe detener, la fortaleza no radica solamente en cuánto se tiene, sino también en cuánto hay por mejorar.

Podemos detener la caída y frenar el torbellino ocasionado por nosotros mismos. Nosotros somos tan fuertes como nuestros problemas si hay un deseo de cambio y cremiento, ya que es ahí donde comenzaremos a edificar un nuevo México, limpiando el escombro de nuestras tristezas, aprendiendo a no construir un México lleno de impurezas y renovando nuestra historia para poder recobrar esa fuerza y poder por fin mirar con la frente en alto al cielo y decir, no más de esta falsa fé, sí mas de esta fé pura, real y llena de vida.

Porque no somos menos personas por creer en algo. Somos menos cuando dejamos de creer en nosotros mismos y comenzamos a creer que los demás nos sacarán del hoyo. La fé comienza desde adentro, desde el corazón y termina cuando la fé del otro comienza. No acabemos con este país tan lleno vida, más bien acabemos con esos apegos innecesarios que están provocando que nuestro México se muera poco a poco desde adentro.

México no solo són seís letras. México somos cada uno de nosotros. México son 122 millones de almas, de corazones, de luchadores buscando edificar un mejor futuro. México es una sola voz. México es todo lo que vislumbramos para el día de mañana.

Autor:
Carlos Mitani Sigala


Open the Gate of your Virtual Dungeon

Comentarios

Entradas populares de este blog

Vocación o Equivocación

Licenciados, Ingenieros, Músicos, Pintores, Médicos, Dentistas, en fin, en la actualidad existe una amplísima variedad de carreras que podemos estudiar, sin importar nuestro sexo, religión y costumbres, tenemos la oportunidad de darle una dirección específica a nuestra vida profesional. La juventud de hoy en día, tiene la responsabilidad de elegir correctamente su profesión, ya que de ellos depende en gran parte el futuro de un México ávido de nuevos intelectuales y de nuevos valores humanos con la capacidad de cambiar y de mejorar un país volcado en la pobreza, en la inseguridad, corrupción y tantas problemáticas que han envuelto a una sociedad mexicana tan golpeada como ninguna otra. El proceso de selección de una profesión es muy variable, ya que desde la niñez los pequeños van formando su mentalidad, van moldeando su personalidad y en base al tipo de vida, experiencias y logros obtenidos desde su infancia, es como se decidirá el camino que se va a seguir y al fi...

Calabozo Virtual

Mírame, aquí estoy, ¿Qué no me vez?, ¿Qué no te das cuenta de que soy muy feliz? Observa mi foto, mira mi sonrisa, mira mis ojos brillar, observa mis labios y mi rostro como denotan alegría, felicidad, emoción, como quieren demostrar que todo está bien, que nada ha pasado, que las cosas fluyen de la mejor manera. Mira mi vida, mis noches, observa y analiza mis movimientos, date cuenta de que vivo al extremo, que mis días son bellísimos si los miras desde la ventana que te permiso abrir, y que mis noches son mágicas, claro, si abro la cortina que te permitirá ver que yo no pierdo él tiempo en dormir.  Admira mis viajes, mis múltiples aventuras y vive junto a mí la inmensa dicha que me provoca el hacer todo lo que tú no has hecho, el lograr mis sueños y demostrarle al mundo que soy un éxito rotundo. Mira como mis pasos dejan huella, y como te demuestro que del otro lado de ese teléfono en el que tú me observas, todo marcha de maravilla. Muérete de envidia al ver que mi...

Lo Que el Divorcio se Llevó

Divorcio, citando una definición un tanto técnica, podemos decir que el divorcio se trata de un proceso legal en el cual se tiene como intención el finalizar una unión conyugal. Sin embargo, esta definición no hace más que englobar y enfrascar una definición un tanto más cruda y realista. El divorcio es una ruptura dentro del hogar, es el derrumbar una obra que se estuvo construyendo con el paso de los años y por desgracia para los que viven dentro de ese núcleo, la obra no podrá ser culminada y todo quedará en un vacío total. Sin embargo, se puede decir que el divorcio es un mal necesario en muchas de las familias que están inmersas en nuestra sociedad. No cabe duda que el incremento de los divorcios es inminente y que día con día muchos más jóvenes deciden desechar la idea de formalizar y de compartir toda su vida con la misma persona, buscando un caminar mucho más independiente alejados de la responsabilidad de tener una familia y un hogar. Pero olvidando a los d...